José Carra
“Verso” Romero Music, 2017
Lo primero que me ha sorprendido de este nuevo trabajo del pianista malagueño José Carra es la formación que le acompaña. Está claro que los músicos de jazz españoles han dejado de participar exclusivamente en proyectos cercanos geográficamente para desplazarse por cualquier lugar de la península formando combinaciones adecuadas a cada proyecto, quizás sea una dificultad a la hora de cuadrar agendas para las giras, pero es todo un lujo para las grabaciones. A la batería Dani Domínguez, el batería gallego discípulo de mi admirado LAR Legido, es uno de los baterías más potentes que conozco (lo que le facilita militar en proyectos como Kase O. Jazz Magnetisme o ser de los pocos escogidos por el genial Guillermo Klein) a la guitarra Jaume Llombart, ya pude comprobar en Almería (en el maravilloso ClasiJazz) que a Llombart le cuesta poco acercarse al sur y es ya bastante habitual encontrarlo en proyectos de músicos de allí. Al contrabajo otro catalán, Bori Albero el contrabajista de Girona también está abierto a colaborar en espectáculos domo el de Las Migas (hace poco comentado en estas páginas) o aportar su instrumento a fusiones como el flamenco de Chano Domínguez. Empieza el disco con Prólogo, las palabras de Almudena Vega complementan un piano que busca en el minimalismo la esencia de la comunicación como estrategia de aproximación a ti o a mí, oyentes más o menos fortuitos. La sombra del verso, la guitarra de Llombart ayuda a las percusivas teclas del piano de Carra a modelar la canción. Una guitarra llena de rabia apoyada en una sección rítmica que sabe cómo definir la base, y mientras tanto el piano de Carra va jugando con melodías atemporales que sabrán adaptarse a las visiones espaciales que pueda producirte, querido lector/ oyente este viaje sin guía. Northern, una pieza romántica para el dúo Carra – Almudena. Gólem, la batería de Domínguez y la guitarra de Llombart acercándose sin miedo a los terrenos de la electrónica, bases repetitivas dejando espacio para que el piano (defendiendo la naturalidad de lo acústico) resuelva el dilema o lo haga más complejo según la predisposición del oyente. Hay espacios dónde el contrabajo de Albero te lleva al Drum & Bass sin poder evitarlo. Flying Clouds, el cuarteto teje desde el principio del tema una red que bebe tanto de la electrónica como del rock y al mismo tiempo está cerca del folklore más tradicional, será de nuevo el contrabajo de Albero el que aportará informaciones claras sobre el verso. Solo la flor lo sabe, Domínguez se pasa a las escobillas, la voz de Vega sobrevuela y ordena escenas, el piano romántico y minimalista. Aparece una formación de cuerda que refuerza este ambiente de salón de antaño. La piel ajena, cambio de estilo, vuelve la guitarra de Llombart y apoyándose en el redoble de Domínguez (podría ser una caja de ritmos, dada la perfección del tempo) y el contrabajo de Albero crea un tema original, quizás sea esa la riqueza más importante del trabajo, como con un piano que parece mantenerse en estructuras clásicas con las combinaciones oportunas, van consiguiendo ambientes originales. El corazón de la hormiga, con una estructura fija de piano, y añadiendo otros detalles ¿otro teclado?, la guitarra, el contrabajo, batería se va creando como un tema superpuesto a la línea del piano. El invierno nos pertenece, al melancólico piano se le añaden las cuerdas del cuarteto y da la sensación de una tarde aburrida de invierno, pero Domínguez, Albero y Llombart sacan sus instrumentos y enrarecen el ambiente, ya nada será lo mismo. El contrabajo crea un dúo interesante con el piano de Carra, Domínguez escribe las historias con su Olivetti y la tarde hibernal nos sorprende cada vez más. Kodama, dúo Domínguez, Carra, cuerdas y contrabajo, el piano vuelve a jugar con dobles sonidos, la guitarra de Llombart ocupa el espacio de ese segundo “piano” otro dúo ahora contrabajo – piano, un tema de dúos continuos que va buscando algo que se me escapa (de momento) Algo tira de, ahora el trio básico sirve para dar una línea acústica dónde las palabras de Almudena Vega describen situaciones cuotidianas de lo que ocurre en el universo de José Carra, un universo complejo, un universo que como comentaba al principio, a un servidor le resulta más asequible al compartirlo con Domínguez, Llombart y Albero. +info | Candido Querol
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